Jair Bolsonaro

Agencias
Únicamente pueden ingresar a Brasil, ciudadanos brasileros, migrantes con autorización y residencia definitiva.



La medida fue adoptada por Bolsonaro debido a que consideró que Venezuela representa una amenaza de salud para Brasil y podría contribuir a contagiar a la población carioca con el peligroso coronavirus, aunque Venezuela es el país de la región con mayor éxito en el combate a la mortal enfermedad y Bolsonaro internamente a desestimado el peligro de la misma.


El incumplimiento de las medidas impuestas por el país acarreara consecuencias administrativas, civiles y penales, entre las que se encuentran: la deportación inmediata o la cancelación de cualquier proceso migratorio que el ciudadano venezolano se encuentre procesando.

Esta semana, la capital del estado tropical de Maranhao quedó prácticamente paralizada, convirtiéndose en la primera ciudad de Brasil en implementar medidas de confinamiento con la esperanza de evitar que la pandemia del nuevo coronavirus rebase al sistema de salud de una de las entidades más pobres del país.

En esta imagen, tomada el 1 de abril de 2020, trabajadores de un cementerio, con trajes de protección contra la propagación del coronavirus, esperan mientras una familia entierra a un ser querido, en el cementerio de Vila Formosa, en Sao Paulo, Brasil, durante la pandemia.

Aproximadamente 1,5 millones de personas en Sao Luís y tres ciudades aledañas han sido confinadas a sus casas, salvo para realizar algunas labores esenciales, como comprar víveres y acudir a farmacias. La mayoría de los negocios han suspendido sus actividades, así como las escuelas y el transporte público. Los parques están cerrados, y los residentes no pueden salir a ejercitarse.

El decreto del gobernador Flávio Dino durará 10 días, en un principio, y se aplica sobre una quinta parte de la población del estado.